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miércoles, 10 de diciembre de 2008

EL PERRO VENENO

La mejor escuela para escribir es la circunstancia. Se he dado el fenómeno de la trascendencia global de la historia del perro Veneno, y es para mí exigencia moral daros a conocer, de segunda mano, esta cruel, reptante, terrible anécdota que dejó conceptos brutales... Cuidado, no vaya a ser que te quede el saco de: El Perro Veneno.

No sé que año era, la fecha no interesa cuando un concepto ha sido difundido de manera sabresaliente. Conozco la historia de segunda mano, me la contó en directo uno de los protagonistas, un médico cirujano enlistado en la política nacional y que llegó a muy altos niveles. Fue precisamente ahí que nos conocimos cuando fungí como su secretario particular (gato). En una de esas continuas salidas a carretera, que acababan después de la reunión de trabajo en las cantinas y bares de las localidades que visitábamos, el doctor me contó la historia del perro Veneno:

(Palabras más, palabras menos, parafraseo... sic) "Cuando estaba en la carrera de medicina en Pachuca, nos juntábamos en casa de un compañero. Él tenía un perro llamado Veneno. Otro de los compañeros (aquí me dijo el nombre, el apodo, las principales características y defectos, pero lo he olvidado), agarraba al perro, que era canijo, medio bravo, y nos ladraba, y se ponía a acariciarlo. Así se lo ganó, después el perro lo buscaba para que lo acariciara. Cierta ocasión, este compañero lo tomó de su pene y comenzó a excitarlo con movimientos rítmicos que todos conocemos y los demás se imaginan, sin embargo, este compañero soltaba al perro y lo aventaba al suelo. Veneno se quedaba jadeando y con movimientos pélvicos ya involuntarios. Así lo hizo por todo el semestre, hasta que el perro Veneno ya de reacción previa, en cuanto lo veía comenzaba a experimentar movimientos pélvicos involuntarios."

Mi pregunta es: ¿todos llegaron a cargos públicos de peso como mi amigo y exjefe el doctor? Como esa pregunta no tiene nada qué ver, paso a la reflexión:

De ahora en adelante, cuando alguen te diga que te quedaste como el perro Veneno, ya sabes a lo que se refiere. Es terrible quedarse como el perro Veneno, y a los hombres nos pasa mucho, sin embargo el concepto se ha ido más allá de la cuestión sexual; ha traspasado fronteras calenturientas a otras calenturas, como obsesiones, gustos, vicios, etc. ¿Cuántas veces nos quedamos con la invitación en la mano, cuántas nos echaron del bar, cuántas nos bloquearon los cadeneros, cuántas veces se nos fue el camión y ya nos andaba de llegar?, etc. Nos quedamos como el perro Veneno... Con las ganas.

A continuación ejemplos de perro Veneno:
















1 comentario:

Anónimo dijo...

Grande, grande por siempre... El Perro Veneno.

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